Estamos rodeados de influencias ideológicas: en los medios de comunicación, en los libros de texto, en los anuncios, incluso en nuestro círculo más cercano, íntimo y familiar. Y es que, a día de hoy, es muy difícil ser completamente objetivo. Pero en una etapa tan crucial como es la infancia y la adolescencia, ¿qué grado de subjetividad podemos considerar aceptable? ¿A partir de qué punto se pasa?
En España se celebran unas elecciones cada cuatro años, al menos, y cada vez que cambia el gobierno se rehace o se intenta rehacer la ley de educación para que vaya más acorde con su ideología. Es decir, que pretenden inculcar sus valores, por lo tanto su prioridad no es impartir la mejor enseñanza posible sino un fin egoísta: crear futuros votantes. Si el objetivo es educar ¿por qué tiene tanta relación con el mundo político? ¿No deberían pensar más en el alumnado que en sí mismos?
España es un estado aconfesional según la constitución de 1978, si así es, ¿por qué en los centros educativos de carácter público se enseña la religión católica? Es cierto que debemos tener un nivel de cultura general religiosa pero no únicamente católica y ni mucho menos con la intención de persuadir a los alumnos a que sean creyentes. Que es exactamente como se imparte la religión hoy en día. Además de que hay una asignatura que es la religión y luego está “la otra opción” que varía dependiendo del centro del que hablemos pero es, básicamente, una asignatura para que los que no creen en el Dios cristiano no estén sin hacer nada.
Aparte, están los colegios o institutos concertados, los cuales, en resumidas cuentas, son centros educativos que reciben subvenciones por parte del estado y, además, has de pagar una cuota con el objetivo de que se imparta una educación en función de una ideología, generalmente, derechista. Y que discrimina a todo el que no disponga de los recursos para recibir una enseñanza, supuestamente, mejor. Es decir que, hoy en día una escuela concertada es un medio de escape para no relacionarse con cierto tipo de personas.
Se educa demasiado dependiendo de algunas doctrinas políticas, en lugar de enseñar a crear opiniones propias y valorar las ajenas. Y esto justamente es lo que realmente va a servir para el futuro y la vida adulta de los niños. El objetivo de la educación es crear una generación mejorada y vencer la no-información, no conducir el voto. Es imposible mantener las opiniones personales alejadas, no solo en la educación, sino en cualquier ámbito, pero es necesario limitarlo. Yo creo que la mejor opción es imponer una ley educativa universal e inmunizada, pensando únicamente en el bien de los alumnos.
Esta ley debería crearse solo y exclusivamente por expertos en el tema para conseguir la máxima imparcialidad posible.
Muy de acuerdo. Para los que hemos preparado oposiciones recientemente resulta irónico ver como según el político las leyes cambian. Y ojo, no cambian para hacer al sistema mejor, para formar mejor a los alumnos, lo hacen para "dejar su huella", para decir "esta ley lleva mi nombre, la hecho yo". Y a menudo te das cuenta de que o bien han enrevesado esa ley añadiendo algo innecesario, o es lo mismo de siempre con un nombre diferente.
Lo mismo ocurre con otros temas que no son la educación. Terrorismo, feminismo, etc cada político quiere hacer algo por ese problema, pero lejos de solucionarlo, lo que busca es contentar a las masas o darle su "toque personal". Y eso a…
Efectivamente, la educación de calidad necesita una ley educativa respetuosa con la diversidad, con la aconfesionalidad, comprometida con la enseñanza pública y, sobre todo, definitiva y estable.