Desde hace unos años los jóvenes de todas las ciudades han salido a manifestarse
por el cambio climático.
Expresan su inquietud por el futuro del planeta y de la propia especie humana cada
vez más comprometidos por los efectos de un sistema de producción que destruye
el entorno natural, sobreexplota los recursos naturales, (a la vez que destroza la
vida de millones de seres humanos por la explotación, la guerra y la miseria que
provoca) y que conlleva cambios en las condiciones climáticas, atmosféricas y
reproductivas del planeta de consecuencias cada vez más catastróficas.
Las manifestaciones actuales tienen como eje “pedir a las autoridades que hagan
algo”, presionandolas.
Sin embargo, son esas mismas autoridades quienes, en defensa de los intereses
capitalistas de la máxima ganancia y de la ocupación de posiciones estratégicas en
el mercado mundial, adoptan medidas fantasma que no hacen más que agravar el
deterioro del clima y del medio ambiente.
Por eso mismo el problema se encuentra en el modelo de producción capitalista, un
modelo desenfrenado, que tiende a la ampliación, crecimiento continuado de la
producción, el consumo y hace todo lo necesario por maximizar beneficios y
ponerse por encima de sus competidores.
Un modelo en la que los monopolios controlan la producción, distribución,
almacenamiento y comercio mundial.
Compitiendo en una carrera asfixiante por ganar el mayor trozo de pastel, ya sea
actuando en países subdesarrollados sin normativa medioambiental, incumpliendo
las leyes o presionando para que no se aprueben normativas más restrictivas.
Por lo tanto, nuestra única esperanza de la humanidad reside en la destrucción del
sistema actual. Necesitamos un sistema sin explotación del trabajo, sin el máximo
beneficio para unos pocos y donde toda la producción se planifique para satisfacer
las necesidades humanas.
Pau Serneguet, 1º Bachillerato
Quanta raó, Pau Serneguet.
De fet ara en aquestes poques setmanes de COVID, en que el sistema productiu arreu del mon i la nostra forma de vida s'han vist momentània i parcialment paralitzades (empreses que abans contaminaven ara estan aturades, el tràfic rodat, marítim i aeri i la seva polució han caigut sota mínims, etc. etc.) hem pogut comprovar com la natura guanya terreny. I tenim l'aigua de la mar més neta que mai, l'aire més net de les últimes décades, els nivells de contaminació acústica més baixos en temps, i veiem que animals que abans ens fugien (pardals, dofins, cérvols, i d'altres) ara s'acosten a les ciutats recuperant un espai que -crec- hariem de poder compartir.
Seria bó que…
Totalmente de acuerdo. Todos preocupándonos por el plástico, por los gases de efecto invernadero, el CO2, etc, pero la raíz del problema es el propio sistema capitalista. Lleva dentro de sí mismo el germen de su destrucción. Y la de toda la humanidad.